lunes, 14 de abril de 2014

Las Arenas movedizas

ADVERTENCIA: Esta entrada contiene avances de la saga El cinturón de Deltora. No la leas hasta haber terminado la tercera parte, La Ciudad de las ratas.

Pasito a pasito, avanzamos por los caminos de Deltora que Emily Rodda construye para nosotros. Tras visitar La Ciudad de las ratas nuestra próxima parada será Las Arenas movedizas. 

Tres gemas resplandecen ya bajo la camisa de Lief, en el Cinturón de Deltora. Junto a sus amigos Barda y Jasmine, el grupo de aventureros continúa su viaje para recuperar las siete gemas mágicas y usarlas para vencer al Señor de la Sombra. En la Ciudad de las ratas tuvieron que enfrentarse a millares de esos roedores y a la gigantesca serpiente que reinaba sobre aquel lugar y que protegía el ópalo mágico, símbolo de la esperanza y capaz de mostrar atisbos del futuro. El mismo Lief tuvo una visión de su próximo destino, las temibles Arenas movedizas, y desde entones no se atreve ni a rozar la piedra vidente. 

Para colmo de males, el Señor de la Sombra ya sabe que algo está sucediendo con las piedras del Cinturón: uno de sus ak-baba, unos gigantescos pájaros negros, sobrevuela la ciudad en busca de cualquier pista o indicio de lo ocurrido. Lief y los otros deben evitar ser vistos por la enorme ave y alejarse cuanto antes de la zona. 

Tras escapar del ak-baba, nuestros protagonistas se dirigen a Rithmere, una populosa ciudad donde cada año se celebran unos Juegos para poner a prueba las habilidades de los participantes. Atraídos por el gran premio, mil monedas de oro, Lief, Barda y Jasmine se inscriben usando nombres falsos pero descubren con horror que las pruebas en realidad son combates y que los Juegos no son más que un torneo de lucha. Allí conocerán a Doom, el misterioso miembro de la Resistencia que vieron en la tienda de Tom y que parece encerrar un secreto todavía mayor en su interior.

Sin más que remedio que participar en los Juegos, nuestros héroes toman parte en los combates y descubren con sorpresa y satisfacción que sus aventuras han hecho de ellos grandes luchadores. La final está cada vez más cerca y con ella, el dinero del premio, pero los tres saben que no deben correr ningún riesgo ya que su auténtico objetivo se encuentra fuera de la ciudad: en el temible desierto conocido como las Arenas movedizas, la siguiente piedra aguarda.

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lunes, 7 de abril de 2014

La Ciudad de las ratas

ADVERTENCIA: Esta entrada contiene avances de la saga El cinturón de Deltora. No la leas hasta haber terminado la segunda parte, El Lago de las lágrimas.

Continuemos nuestra travesía por la tierra fantástica de Deltora, sin prisas, sin agobios, disfrutando de cada detalle y de cada aventura que nos ofrece Emily Rodda. Hoy nos detendremos en La Ciudad de las ratas. 

Lief, Barda y Jasmine siguen con su viaje para recuperar las gemas del Cinturón de Deltora y derrotar con él al Señor de la Sombra. En su última aventura, en el Lago de las lágrimas, nuestros héroes consiguieron derrotar a la bruja Thaegan y recuperar el rubí mágico, símbolo de la felicidad; pero no hay tiempo para el descanso ya que los hijos de la malvada hechicera siguen vivos y ansiosos por vengar la muerte de su madre. Lief y el resto deberán darse prisa y abandonar cuanto antes los dominios de Thaegan rumbo a su próximo destino, la Ciudad de las ratas. 

Por el camino conocerán a Tom, un comerciante con muchos y muy variados productos que ofrecerles; entre ellos, tres barreros, unas extrañas bestias de tres patas que pueden ser usadas a modo de caballos. Equipados con los objetos de Tom, nuestros aventureros prosiguen su viaje, pero sus recién estrenadas monturas les obligarán a realizar una parada no planeada en Noradz, una extraña y misteriosa ciudad gobernada con mano de hierro por los ra-kachar y en la que Lief y sus amigos no serán muy bien recibidos. Nuestros aventureros tendrán que buscar la forma de escapar de Noradz y llegar la Ciudad de las ratas, donde un mal ancestral les aguarda. 

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